Por: Aida Mendoza Rivera
En el panorama político contemporáneo, el expresidente Donald Trump continúa destacándose como una figura emblemática del antiglobalismo. Desde su primer mandato, ha manifestado un fuerte rechazo a las estructuras internacionales de cooperación, promoviendo políticas que priorizan el nacionalismo económico y una visión más aislacionista de los Estados Unidos.
Si bien Trump ha sido uno de los exponentes más vocales del antiglobalismo moderno, no es el único presidente estadounidense que ha impulsado políticas con una mirada hacia el nacionalismo y el proteccionismo. Uno de los antecedentes más claros es el de Andrew Jackson (1829-1837), quien promovió una visión populista basada en la soberanía nacional y la resistencia a las élites económicas.
Otro presidente que manifestó tendencias aislacionistas fue Warren Harding (1921-1923), cuya política de “Regreso a la normalidad” favoreció un alejamiento de los compromisos internacionales tras la Primera Guerra Mundial. Posteriormente, Herbert Hoover (1929-1933) reforzó el proteccionismo con la Ley de Aranceles Smoot-Hawley, que impuso restricciones a las importaciones extranjeras.
Más cerca en el tiempo, Ronald Reagan (1981-1989) promovió políticas de nacionalismo económico, aunque con un enfoque más abierto al libre comercio en ciertas áreas. No obstante, su énfasis en la primacía estadounidense en el mundo comparte elementos con la postura de Trump.
A lo largo de su carrera política, Trump ha rescatado discursos y estrategias de estos líderes, adaptándolos a la coyuntura actual. Su retórica contra los tratados internacionales, como el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) y el retiro de acuerdos climáticos como el de París, refuerzan su visión de un EE.UU. autónomo, menos dependiente de alianzas globales.
Sin embargo, mientras el mundo avanza hacia una mayor interdependencia y colaboración, su enfoque genera dudas sobre la viabilidad de un país en aislamiento. La pregunta sigue abierta: ¿hasta qué punto su visión del pasado puede seguir sosteniéndose en el presente?
Aida Mendoza Rivera
obtuvo su bachillerato de la Universidad de Puerto Rico recinto de Cayey. Su maestría en Administración y Supervisión Escolar la realizó en la Universidad de Phoenix y su doctorado lo completó en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe.
Laboró por 31 años en el Departamento de Educación de Puerto Rico.